Eduardo Acosta Palop

eapAunque había nacido Eduardo Acosta Palop en Villagarcía de la Torre, siempre consideró como patria chica a Monesterio. De orígenes humildes, su trabajo y su dedicación le otorgó un puesto en el arte de la pintura y numerosos reconocimientos. Pero el legado de Eduardo Acosta no ha sido un conjunto de lienzos que se pueda cuantificar, sino el haber descubierto y estimulado las dotes pictóricas de otro pintor también de Monesterio, Eduardo Naranjo.

Los inicios de Eduardo Acosta no fueron fáciles, la tragedia familiar le acompañó en sus primeros años con el fallecimiento violento de su hermana, la maestra Josefa Acosta, conocida en Monesterio como doña Pepa. Su permanencia en territorio republicano durante la Guerra Civil le sirvió para perder su plaza de profesor que por oposición había ingresado; aunque inmediatamente se incorpora a la docencia en Sevilla.
Por ello, su faceta docente le restó tiempo para hacer evolucionar su arte, pero sin embargo, su tarea como maestro de pintores fue laboriosa y gratificante, y esa labor fue premiada en su jubilación con la Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio, concedida en 1976 por su larga trayectoria al frente de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Sevilla.

Según consta en un Inventario de la Parroquia de Monesterio, fechado el 31 de enero de 1930, el primer trabajo de Eduardo Acosta era una copia de La Trinidad de El Greco. También conocido como Jesucristo en los brazos del Eterno Padre (así consta en dicho inventario. La pintura del Greco fue revalorizada a finales del S. XIX por la Generación del 98. La utilización de los colores llamó la atención en Eduardo Acosta y por esta razón emprendió este trabajo. Incluso respetó las dimensiones del original, dando lugar a un impresionante lienzo de 3 por 1,78 metros. Fue colocado en un lugar preeminente, en el Altar Mayor, en la pared del lado del Evangelio (a la derecha). Este primer trabajo de Acosta ya no existe. Los defensores de la República quemaron la iglesia el 19 de julio de 1936 con todos objetos muebles. Acosta fue un hombre de izquierdas, durante la Guerra Civil permaneció en la Zona Republicana, en Alicante, en la que incluso confeccionó cartelería para Cultura Popular. Datos tomados de A. M. Barragán Lancharro «El pintor Eduardo Acosta y su legado. Una visión crítica ante el centenario de su nacimiento» en LORENZANA DE LA PUENTE, F. y MATEOS ASCACÍBAR, F. Actas V Jornadas de Historia en Llerena, Llerena, 2004, pp. 285-303.

Su obra aunque poco prolifera por lo menos de lo que se conoce se haya en su mayoría en el museo de BBAA de Badajoz. Predominan sus paisajes extremeños con una característica en común, su luminosidad. De carácter impresionista y con un buen dominio del dibujo y la perspectiva que junto a la espátula le supo dar esa impresión de lejanía típica de los paisajes extrémeños. Hizo algunas figuras como la del “Anticuario” por la que obtuvo la segunda medalla de BBAA. Sin embargo se ve mas abigarrada más mimética estas obras.

 

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Un comentario sobre “Eduardo Acosta Palop

  1. Tuve la suerte de tenerlo como profesor de dibujo artístico en Sevilla sobre los años 50 y lo he querido mucho porque era un hombre extremadamente amable buena persona y un gran profesor de dibujo

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